El dia D

Tras la visita al doctor, decidimos que el siguiente paso para quedarnos tranquilos y descartar hipótesis fuese que yo me hiciese un espermiograma/seminograma. La doctora me cursó el mismo y pedí cita en el hospital. Llamé y me dieron cita junto con una serie de consideraciones y premisas a tener en cuenta a la hora de hacerlo, una especie de protocolo. (higiene, abstinencia de 3 a 5 días...) . Aquí surge la primera complicación, ya que solo tienen cita por la mañana (9:30h)  y yo por la mañana no es que sea un tigre, sino más bien un gato... funciono fatal a primera hora.  ¿Positivo? que al menos es en casa. En menos de una hora debía ir al hospital y entregar la muestra tras un cuestionario que te lanza el doctor. Esto es que a las 8:30h ( por suerte vivo cerca del hospital) mas o menos y con el reloj en mente debía de iniciar un proceso que a priori no era nada complicado. 

Una semana tuve desde que pedí cita hasta que llegaba el día, el día D. Esa semana obviamente, en todo momento, en todo instante, se venía a la mente a modo de obsesión el dichoso tarrito ( tendré problemas?... seré capaz? ... seguro que todo esta normal... las dudas, dichosas dudas, asaltaban mi mente). Hasta que llegó el día, lo he nombrado así porque  debía ser un desembarco de "bichitos" pero... 

El día anterior estuve en otro mundo, nervioso, en mis pensamientos, haciendo trabajar al coco. MAL!!! Así que llegó el viernes 7 de julio, día señalado en el calendario, San Fermín... Me levanté de la cama, y creo que eso fue lo único que se levantó aquella mañana. Que duro es mirar al bote, y mirarte tu, que duro!! ¿cómo lo harán el resto de mortales? Revistas? pensamientos? vídeos porno? ... nada de nada, aquello no erectaba y la hora de ir al hospital llegaba. Obviamente, conforme caían los minutos del reloj, la presión y el bloqueo aumentaban. Algo tan placentero, natural y cotidiano como masturbarse, ese día  se asimilaba a subir con bicicleta rampas del 40%. Aquello no subía y creo que eyacule sin estar al 30% de erección. Obviamente para mas inri, la cantidad de semen era irrisoria. Mi pareja decía: "otras veces la cantidad es mucho mayor". ¿y qué le hago?. Como preludio a lo que iba a suceder, desde primera hora las cosas no estaban saliendo nada bien. 

Llegué al hospital y entregué al doctor la muestra que tras una serie de preguntas me dijo que ya me darían los resultados. Ese día (viernes), ese fin de semana teníamos previsto pasarlo en familia, piscina, barbacoa, cerveza... el plan molaba.

Pero a las 18:30 horas de la tarde, en plena euforia de la fiesta familiar, mi contacto en el hospital, mi buena amiga, me llama y me da la devastadora noticia de que no es que no hayan sido lentos, amorfos, muertos.... NO, es que no habían encontrado ninguno, cero patetero. El mundo cayó sobre mi, aguanté el tipo delante de mi amiga (estaba muy afectada) y colgué. Ese día jamás lo olvidaré, mi pareja y yo rodeados de gente pero parecía que solo estábamos ella y yo. Buscando en internet, hablando con mi amiga, dando un sentido a esto. La palabra Azoospermia aparecía de lleno y sin avisar en nuestra vida. Azoospermia secretora u obstructiva, dependiendo el caso, había más o menos posibilidades. Aunque claro, esto había que respaldarlo con la repetición del seminograma y otro tipo de pruebas para dar un diagnóstico exacto. Parecíamos ya expertos en azoospermia. Esa noche fue la más dura que recuerdo, ya vaticinaba el peor verano de mi vida y la peor de las noticias, iba a estar complicado ser papá. 

Info: 
http://www.azoospermia.es/

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